El concepto LEAN COMPACTING nos ayuda a una eficiente gestión de sus residuos y su implicación en el sector del reciclaje garantiza importantes beneficios más allá de un espacio de trabajo más limpio. Entre otros aspectos, este tipo de actuaciones -bien planificadas- repercuten en un ahorro de costes, transporte, espacio, tiempo y en muchos casos, la obtención de ingresos por el reciclaje de ciertos materiales.

No son menos relevantes otros aspectos como la menor implicación en tiempo y esfuerzo de mano de obra responsable de la gestión y tratamiento de estos residuos, así como una mejora global a nivel sanitario y de seguridad.

Otro aspecto beneficioso es la percepción de la compañía en su mercado local y en su comunidad, generando un entorno más positivo y receptivo.

¿Cómo lo hacemos?

 

1. Diseñar un plan

Comenzamos por identificar los tipos de residuos generados por su compañía y determinamos la mejor actuación para el tratamiento de cada uno de ellos.

Análisis de contexto local y normativas específicas que pudieran afectar a los protocolos, gestión y logística relativos al tratamiento de estos residuos.

Posteriormente se definen los protocolos más idóneos, así como la selección de ubicaciones y las metodologías de compactación y retirada de residuos. Todo ello se realiza de forma paralela a la concreción de planes de trabajo, asignación de responsabilidades y contratación de retirada de los residuos.

Es de gran relevancia la implicación del equipo humano y la dirección, cada uno en su rol, para que la implantación de este tipo de sistemas se realice de manera optima.

2. Separar los residuos en origen

El objetivo es minimizar el esfuerzo y el tiempo de implicación en el tratamiento de residuos; de manera que la separación y categorización de los materiales a reciclar es mejor hacerla en primera instancia: es un modo más rápido y eficaz para la gestión en el día a día: cartón por un lado, papel en otro, el vidrio en otro tipo de contenedor y así sucesivamente. Acumular todos los residuos en un único contenedor implica duplicar esfuerzos y dificultar el proceso a posteriori.

Existen soluciones a medida para empresas de distintos sectores y tamaños que pueden ayudarle a llevar a cabo este tipo de gestión sin mayores inconveniente ni dificultades.

3. Selección idónea de la ubicaciones para la instalación y acceso a las compactadoras

Evitar múltiples viajes, largas distancias o considerar la accesibilidad son aspectos relevantes a la hora de instalar las máquinas y definir los protocolos.

Asimismo el número de veces que realicemos el ciclo de compactación al día, el número de cargas y de retiradas, así como la cantidad de residuos generados marcarán también el proceso de almacenaje y el ciclo de trabajo.

4. Prioridad al papel y sustitución del plástico por materiales sustitutivos

Ciertos productos voluminosos del día a día, tales como platos, cubiertos o pajitas tienen actualmente versiones en sucedáneos de papel en vez de plástico. Existen versiones también en bambú o en otros materiales ecológicos y/o biodegradables, menos dañinos para el medio ambiente; esto es aplicable a una gran numero de industrias y sectores.

El papel es actualmente el material por excelencia que brinda mejores ratios de compactación y en muchos casos, permite obtener rendimientos económicos.

5. Manipulación de residuos compactados

Hay numerosas formas de trabajar con los residuos una vez compactados. Pudiendo acumular en muy poco espacio, mucha cantidad de residuo y con muy pocos movimientos.